Todos queremos saber, hoy, de qué tecnologías estaremos hablando mañana. Sin embargo, no siempre es sencillo predecir lo que está por venir, especialmente si no contamos con toda la información necesaria para ello. Por eso, análisis como los que realiza Gartner de manera regular son una referencia a tener muy en cuenta.
La consultora recientemente ha publicado una lista con las 10 tendencias tecnológicas más relevantes para 2018. Así, las empresas que sepan incorporar las mismas en sus procesos, tienen mucho que ganar en sus procesos de transformación digital. Estas son esas 10 tendencias:
1 – En las bases de la Inteligencia Artificial
En 2018 se confirmará una tendencia que se prologará, como mínimo, hasta 2020, y que va a establecer el sustrato de cómo serán las empresas del futuro. Hablamos de la puesta en marcha de los primeros sistemas capaces de aprender, adaptarse y actuar de forma autónoma. Y es que los pasos que se den entre 2018 y 2020 serán determinantes para la reinvención del modelo tecnológico que, según las previsiones, habrá llegado de forma masiva en 2025.
Lo más complicado es que, claro, hablamos de una tecnología que todavía está evolucionando de una manera efervescente, por lo que es necesario afinar mucho en las elecciones que hagamos hoy, puesto que estamos, por así decirlo, plantando los cimientos de una construcción que se prologará durante años, y de la que dependerá muy directamente el desarrollo de nuestras actividades.
2 – Software inteligente
La evolución del software, entendido como la parte lógica de los sistemas TIC y por lo tanto incluyendo programas, apps, servicios, etcétera, se producirá al ser dotado de un cierto nivel de inteligencia. Y esto no se refiere exclusivamente a aquellos desarrollos en los que la IA es imprescindible. También se plantearán otros usos más “ligeros” de la misma, pero que servirá para que los usuarios vean facilitadas sus operaciones.
Así, seguramente estaremos entrando en un nuevo escenario en el que la Inteligencia Artificial, en este contexto, se situará en un plano intermedio entre las funciones del software y el usuario, no solo anticipándose a aquello que el usuario ya “sabe” que quiere hacer, sino también proponiéndoles acciones que éste podría no haber contemplado todavía, pero que pueden resultarle útiles e interesantes.
3- Cosas inteligentes
No hay que olvidar que cada vez que hablamos de IoT nos referimos a ese genérico “cosas”, y que puede comprender desde un sencillo sensor que toma la temperatura de un lugar, hasta un complejísimo vehículo conectado, que además emplea esa conectividad a Internet de las Cosas para reforzar todos los sistemas de inteligencia de los que ya dispone de manera local.
Pero esto último es, precisamente, otro de los elementos clave: la inteligencia en el propio objeto (de nuevo, sea un simple termómetro o un vehículo autónomo). Y, a diferencia de lo que ocurría hasta hace cierto tiempo, cuando la inteligencia en el comportamiento de los mismos se ceñía a la ejecución de unos modelos de actuación configurados previamente, ahora la Inteligencia Artificial también empieza a llegar a las cosas.
Durante 2018 veremos como la Inteligencia Artificial empieza a llegar a todo tipo de dispositivos, dotándolos de la capacidad de actuar de manera autónoma y, por lo tanto, incrementando sustancialmente su utilidad y fiabilidad. Y es que, por ejemplo, cualquier vehículo (cosa) con sistemas autónomos y que no dependa de manera imprescindible de conectividad con un centro de datos para saber cómo actuar, sí que será realmente autónomo y, por lo tanto, se podrá confiar en el mismo para múltiples fines.
4- Doble digital
Aquí empezamos a adentrarnos en conceptos un poco más complejos, pero sin duda muy interesantes. Un doble o gemelo digital sería una representación de una entidad (persona, proceso, empresa, etcétera) del mundo real. ¿Y qué razón de ser tienen los dobles digitales? Pues precisamente la de poder explorar el efecto que podría tener la toma de decisiones, estableciendo una simulación bastante realista (su grado de fiabilidad dependerá del volumen de información pertinente introducida en el sistema de simulación) de sus efectos.
Así pues, podríamos estar hablando de sistemas capaces de “probar” nuestras decisiones antes de que las tomemos, y que por lo tanto nos permita ir más o menos sobre seguro y evitar riesgos cuando no sean imprescindibles. Según la previsión de Gartner, las organizaciones implementarán gemelos digitales sencillos en una primera fase, pero luego los evolucionarán a lo largo del tiempo, mejorando su capacidad de recolectar y visualizar los datos correctos, aplicando los análisis y reglas adecuados y respondiendo eficazmente a los objetivos de negocio.
5- Nube con computación en el extremo
Este es otro concepto que puede resultar un poco complejo de entender. Para evitarlo, es imprescindible tener claro que, aunque se tiende a pensar lo contrario, Cloud no es necesariamente sinónimo de modelo centralizado. Es decir, que una solución en la nube puede tener elementos radicados en el centro de la infraestructura, claro, pero que otra parte de los mismos puede estar repartida por los diversos nodos que acceden al servicio. Es más, no es solo que computación en la nube e inteligencia en el extremo no sean excluyentes, es que, muy al contrario, son perfectamente complementarios.
Así, un modelo Cloud con una gran inteligencia centralizada en el data center, pero con capacidad de computación en el extremo, y que por lo tanto sea flexible ante problemas de conectividad, latencias excesivas, redes saturadas, etcétera, es el que, según la consultora, va a empezar a ganar peso a partir de 2018. Sí es cierto, no obstante, que este paradigma depende mucho de la evolución de las cosas inteligentes (así como de determinadas soluciones de computación en el extremo), lo que tardemos en empezar a ver esa combinación tan sorprendente, a priori, como interesante y prometedora.
6- Plataformas conversacionales
¿Será posible interactuar con los sistemas digitales del mismo modo en el que lo hacemos entre los seres humanos? En realidad, los fabricantes de software ya llevan muchos años trabajando con ese objetivo. Desde las primeras funciones de lenguaje natural hasta la capacidad de interpretación del mismo por parte de asistentes digitales (como Siri o Cortana), el objetivo es que dejemos de ser nosotros quienes aprendemos a “hablar” con los sistemas, y que sean ellos quienes aprendan a entendernos.
Las plataformas conversacionales son la siguiente gran evolución de este paradigma, y proponen que muchas de las operaciones que realizamos con los sistemas digitales pasemos a desarrollarlas directamente “hablando” (ya sea mediante voz o por escrito) con los sistemas. Una primera instancia sería la que ya ofrecen los asistentes digitales, a los que, por ejemplo, podemos decirles que queremos escuchar música de un determinado artista, y automáticamente inician la reproducción. La tendencia, según Gartner, es que este sistema se extenderá a otros usos, principalmente en entornos profesionales, donde ya no será necesario aprender a emplear complejas herramientas para obtener la información e iniciar las operaciones que necesitemos.
7- Realidad combinada y experiencias inmersivas
Hasta hace poco tiempo, lo digital se enmarcaba entre los cuatro bordes de las pantallas con la que interactuábamos con el teclado y el ratón. Y lo mismo se puede decir de la Realidad Virtual, una simulación que transcurría de manera totalmente segregada del entorno real. Sin embargo, la llegada de la Realidad Aumentada supuso un primer punto de ruptura en la estanqueidad de ambos mundos (real y digital), y sirvió para demostrar que, de la combinación de ambos, pueden surgir experiencias más enriquecedoras, sistemas de interacción más sencillos, etcétera.
La Realidad Combinada es la evolución natural de la Realidad Aumentada, e incorpora la Realidad Virtual al conjunto de tecnologías y sistemas que emplea para generar experiencias de uso, con distintos fines, que resulten lo más inmersivas y creíbles posibles. Y es un cambio muy relevante puesto que, según Gartner, es el gran salto que necesitaba la Realidad Virtual para dejar de ser vista, por muchos, como una tecnología dirigida exclusivamente al mercado del ocio. Crear espacios de Realidad Combinada (o mixta, como también se la conoce) permitirá probar los efectos positivos que puede tener esta tecnología tanto en entornos de trabajo como, muy especialmente, en el campo de la formación, en análisis, las ciencias, etcétera.
8- Cadenas de bloques
Dentro de las emergentes, sin duda Blockchain es la tendencia más fuerte de cuantas hemos visto en esta lista hasta el momento. Y es que lo que en sus orígenes fuera un sistema diseñado para la gestión de la transacciones con monedas digital, ahora apunta a convertirse en un sistema capaz de revolucionar por completo muchos de los sistemas empleados actualmente para realizar, entro otras operaciones, un gran número de transacciones económicas que requieren de sistemas muy seguros para minimizar riesgos, pero que con sus planteamientos actuales pueden llegar a demorar durante semanas un proceso que, de otra manera, se resolvería en segundos. Por hacer una analogía (con sus evidentes diferencias, claro), pero estaríamos hablando de la diferencia entre enviar una carta postal certificada o un email firmado digitalmente al otro extremo del mundo.
De momento esta tecnología y especialmente las plataformas disponibles, aún no han alcanzado el nivel de madurez necesario como para convertirse en una alternativa real para instituciones financieras, empresas, administraciones públicas, etcétera. Sin embargo, según la consultora, esto va a cambiar de manera sustancial pronto, y en un plazo de entre dos y tres años vamos a ver cómo se alcanza el nivel de madurez esperado, se empiezan a desarrollar nuevas aplicaciones y soluciones basadas en esta tecnología y éstas pasan a ser incorporadas rápidamente en aquellos procesos para los que han sido diseñadas.
9- Orientación a eventos
A cualquier programador este concepto le habrá resultado de lo más familiar al leerlo, ¿verdad? Pues la idea no es muy diferente de la que constituye la base de ese paradigma de programación. La inteligencia de negocio, en la actualidad, debe permanecer constantemente a la escucha de lo que ocurre, tanto dentro como fuera, y contar con la capacidad de adaptarse rápidamente a dichos eventos.
Evidentemente, es necesario contar con las herramientas que nos ofrezcan toda la información que necesitamos, y por supuesto es imprescindible llevar a cabo un profundo proceso de transformación de la cultura de empresa. Y es que, como plantea Gartner, contar con todas las soluciones tecnológicas más novedosas sirve de poco si no somos capaces de dotar a las empresas de la flexibilidad necesaria para emplear dichos datos a cambiar constantemente, adaptándose a los eventos y las conclusiones que nos ofrecen las soluciones de inteligencia.
10- Riesgo y confianza adaptativos
Bajo el acrónimo CARTA (Continuous Adaptive Risk and Trust) nos encontramos no solo con una tendencia, sino también con una interesante propuesta formulada por la propia Gartner para abordar los problemas de seguridad TIC de la actualidad. Y la base del mismo es la necesidad de adaptarse constantemente a las circunstancias, contar con la capacidad de ajustar el nivel de riesgo (que siempre se mantendrá dentro de unos parámetros aceptables) y afrontar las necesidades de cada momento y proceso, así como al nivel de amenazas al que sepamos que nos exponemos en cada momento.
Esto obliga a que la propia plataforma de seguridad empleada en la infraestructura debe ser flexible, puesto que una política demasiado estricta (por encima de las necesidades de un contexto concreto) puede suponer una rémora en, por ejemplo, la puesta en marcha de nuevos procesos, la adopción del modelo DevOps o, incluso, el empleo de soluciones ya razonablemente estandarizadas y asentadas en el mercado, que pueden servir para mejorar la eficiencia, la productividad e incluso, aunque pueda sonar paradójico, la propia seguridad.
Fuente: Aranda Software
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